Trabajamos en América Latina y el Caribe para mejorar la vida de los niños y niñas más desfavorecidos de la región. Los derechos de la niñez están en el centro de lo que hacemos, mientras respondemos a los problemas relacionados con el COVID-19, los conflictos y el cambio climático. Nuestras prioridades regionales son la migración y el desplazamiento, el regreso seguro a la escuela y el aprendizaje, así como las redes de seguridad y familias resilientes.
Nuestras prioridades regionales están en línea con nuestros objetivos estratégicos globales, que apuntan a garantizar que los niños y niñas tengan un comienzo saludable en la vida, puedan ir a la escuela a aprender de manera segura, vivir libres de violencia y puedan crecer en familias resilientes.
Nuestro trabajo de protección se centra en fortalecer los sistemas de protección de la niñez nacionales y locales. Cuando los niños y niñas migran, nos aseguramos de que estén seguros y protegidos por mecanismos transfronterizos y regionales. Nuestro trabajo educativo se enfoca tanto en la educación formal como en la comunitaria y garantiza que todos los niños y niñas puedan aprender en los países de origen, tránsito y retorno. Estamos respondiendo a la crisis migratoria venezolana con programas de apoyo a los niños y niñas, y sus familias que han huido a Colombia y Perú, así como a través de estrategias locales en Venezuela. En la respuesta migratoria de América del Norte, hemos estado liderando nuestra respuesta de soluciones locales mitigando las causas fundamentales de la migración, atendiendo las necesidades apremiantes de los migrantes, mejorando la calidad de vida de los niños y sus familias y asumiendo un papel de liderazgo dentro de los espacios humanitarios regionales.
En Colombia, Perú y Venezuela, apoyamos a los niños y niñas venezolanos, así como a las poblaciones de acogida, brindando espacios seguros y educación para los niños y niñas, servicios de salud sexual y reproductiva y transferencias de efectivo para ayudar a las familias venezolanas a reconstruir sus vidas. En el norte de Centroamérica, nuestra respuesta se enfoca en cubrir las necesidades de salud, educación y protección de los niños y niñas, y sus familias, así como apoyar a las familias para que cubran sus necesidades básicas brindando asistencia directa en efectivo. Además, defendemos y hacemos campaña por los derechos de las personas migrantes y refugiadas.
En nuestro trabajo educativo, brindamos a los maestros y voluntarios de la comunidad las habilidades necesarias, fortalecemos las capacidades de las autoridades locales y entregamos materiales educativos a los niños más pobres. A través de nuestras innovadoras estrategias tecnológicas, nos hemos asegurado de que todos los niños puedan continuar su educación en los entornos más desafiantes. Planeamos seguir desarrollando estrategias de tecnología e innovación para garantizar soluciones de alta calidad basadas en las necesidades de todos los niños y sus familias.
Para proteger el derecho de la niñez a la salud, capacitamos a los miembros de la comunidad en atención primaria, fortalecemos las capacidades de las autoridades de salud y brindamos servicios de salud sexual y reproductiva. Nuestros programas de nutrición atienden a los niños y niñas de las comunidades rurales más propensas a la desnutrición.