Por primera vez en la historia, toda una generación ha visto interrumpida su educación, siendo los niños y niñas más pobres y vulnerables los más afectados. El COVID-19 ha puesto de manifiesto la enorme brecha digital que existe en el mundo, lo que no ha permitido que los niños y niñas sigan aprendiendo.
Sabemos por nuestra experiencia que cuanto más tiempo los niños y niñas estén fuera de la escuela, es más probable que no reanuden sus estudios, razón por la cual hemos tomado medidas para garantizar un retorno seguro a la escuela.
En América Latina y el Caribe creamos y distribuimos materiales educativos en lectoescritura, aritmética, artes y gestión socioemocional para que los niños y niñas puedan seguir estudiando desde casa durante el cierre de las escuelas. También informamos a la comunidad (incluidos maestros, familias, niños y niñas) sobre la prevención de COVID-19 mientras distribuíamos kits de higiene. En Colombia hemos implementado espacios temporales de aprendizaje en asentamientos informales para que los niños y niñas puedan seguir estudiando.
En 2021, implementamos la campaña Salvemos Nuestra Educación, junto a niños, niñas y adolescentes. Además, propiciamos espacios de discusión con autoridades globales, regionales y locales para expresar sus experiencias durante la pandemia.
Organizaciones como la nuestra han unido fuerzas, pero es fundamental que los gobiernos se aseguren de que todos los niños y niñas, especialmente los más vulnerables, reciban apoyo para volver a la escuela cuando sea seguro hacerlo. Esto asegurará que no se queden atrás y permanezcan en espacios donde estén protegidos de la violencia y el abuso.