Merly vela por la población más vulnerable del centro poblado Santa Rosa, con el apoyo de Save the Children
Merly Vásquez es una lideresa nata. Cuando la pandemia comenzó, ella ya era presidenta de la Asociación de Vivienda “Mujeres por un Perú mejor” del distrito de Santa Rosa en Lima. Esta asociación nació centrada en la búsqueda de mejores condiciones de vivienda para los migrantes. Sin embargo, Merly ha ido tomando diferentes responsabilidades como la organización de una olla común. En la actualidad, mantiene una lucha activa para evitar contagios del COVID-19 en su comunidad que además carece de agua potable.
Mi nombre es Merly, soy la presidenta de la Asociación de Vivienda “Mujeres por un Perú mejor”. Nos iniciamos a fines del año 2010, un grupo de mujeres. ¿Por qué decidimos ser mujeres? Se veía en el distrito de Santa Rosa, que mayormente los dirigentes eran varones y cuando las personas como madres o personas humildes venían por un espacio, no les atendían. Nosotros somos provincianos, somos paisanas de la Selva y no teníamos oportunidades de un lote para vivir. Es por ello que me veo en la obligación, de repente, de liderar y formar una asociación de vivienda donde podrían integrar madres solteras, mujeres con enfermedades terminales; también tenemos padres solteros.
Busqué apoyo, busqué alguien que me oriente cómo podía ser, cómo podía yo liderar y tener a nuestra familia viviendo una vida digna. Asumí el cargo porque todas éramos personas que queríamos algo, pero no sabíamos cómo organizarnos. Yo he sido la que ha iniciado esta asociación y la sigo presidiendo por lo mismo que todavía mis asociados tienen la confianza en el trabajo que día a día realizo. Vengo trabajando para que todas las mujeres que están en esta asociación vivan una vida digna, con su luz, agua y su título de propiedad, que todavía no hemos logrado.
También estoy como presidenta de la olla común “Mujeres salvando vidas”. Estamos preparando nuestros alimentos como de lunes a sábado, para que nuestras familias puedan sostenerse. Empezamos desde las 6 de la mañana con el desayuno y al mediodía el almuerzo, y la cena que es también la chocolatada. Participan 146 raciones que viene a ser un aproximado de 50 madres.
Ya veníamos manejando la olla común hace mucho tiempo hacia atrás, y con esta pandemia, nos vimos más obligados a que sí o sí esta olla tiene que permanecer para así poder mantener a nuestras madres que han perdido el trabajo, a nuestros niños que también han dejado de estudiar. Es por eso que seguimos.
Primeramente, a agradecer a los señores de Save the Children, nosotros los dirigentes a nivel de distrito tenemos un WhatsApp y siempre hacemos los trabajos de organización y siempre nos informamos. Fue la presidenta de las Casitas Verdes que me dijo que había un joven de la ONG y que podíamos tener los beneficios que estaban dando. En estos momentos de necesidad, de emergencia que está pasando nuestro país, dije: sí, cualquier ayuda es bienvenida.
Soy parte del comité comunitario de vigilancia de la organización Save the Children para la recepción de kits de higiene y agua. Conforman el comité un representante de Save the Children y cuatro vecinas. El reto de nuestro comité es que se cumplan los beneficios que nos brinda Save the Children, se fiscalice, se haga llegar las donaciones lote por lote, manzana por manzana y que todos nuestros vecinos cumplan con los protocolos de estar con mascarilla, lavado de manos y que los niños estén en su domicilio y no salgan sin mascarilla. Es nuestro reto como comité de vigilancia que en la olla común mantengamos nuestra agua, jabón y alcohol para que combatamos a esta enfermedad.
La entrega de los kits sí es importante para mi comunidad, en la que no tenemos agua potable. Al hacer esta entrega sí es muy importante para las familias que son bien vulnerables, para que podamos terminar con la emergencia del Covid-19.
Sobre la información de las infografías y las pancartas que nos dan sí es importante porque en las paredes tenemos la información. Hay personas que al leerlo ya cada día van viendo qué es lo que tienen que hacer con estos kits. También nos han traído individuales a cada familia. Los mensajes por WhatsApp son útiles porque aquí en este lugar no contamos con internet, el único medio que tenemos es el WhatsApp. El tipo de información que nos llega es adónde van los programas, o, por ejemplo, que ya está viniendo la repartición del agua con las cisternas.
Los niños ahora ya saben que tienen que lavarse las manos, que es más fácil para ellos, los padres cuentan con una silla y ponerle en un balde su agua y su detergente. Antes los niños no sabían cómo resolver este tema.
El aprendizaje sobre esta pandemia que quisiera compartir como líder de la Asociación es que tenemos que tomarla en serio. ¿Por qué? Porque es una enfermedad que se está llevando a nuestras familias. El impacto que hemos tenido de Save the Children es que ahora contamos con un kit de limpieza. Para nosotros, que somos personas de escasos recursos, por más que hubiésemos querido, no contábamos con la higiene correspondiente. Gracias a Dios y a Save the Children, ya tenemos para lavarnos las manos y lavar nuestra ropa, nos traen los detergentes y ahora nos hacen llegar el agua. Ha impactado tanto en este lugar, ahora hasta la última casita del cerro tiene su kit, su balde con su agua y su detergente. Creo que la pandemia va a estar menos, porque ya contamos con la limpieza que antes no teníamos.
Información sobre el proyecto
El proyecto “Prevención en nuestras manos: familias saludables y protegidas” implementado por Save the Children, con el apoyo de la Oficina de Asistencia Humanitaria de USAID (BHA), propone una respuesta integrada ante la emergencia de la epidemia del COVID-19 en el Perú. Incluye componentes de WASH (agua, saneamiento e higiene), prevención de la violencia de género y protección de la niñez. La intervención busca garantizar el acceso al agua segura y a artículos de higiene. A través de la entrega de kits también se promueven rutinas de higiene y acciones que permitan evitar la propagación del coronavirus. Las zonas de intervención del proyecto son Lima Norte y Piura, ambas regiones han sido fuertemente golpeadas por el COVID-19, siendo los más afectados, los niños, niñas, mujeres y población con acceso restringido a servicios básicos como agua y luz.