1 de cada 6 niños y niñas que viven en zonas de conflicto corre riesgo de sufrir violencia sexual por parte de grupos armados
- Una metodología innovadora muestra que el riesgo para los niños es casi diez veces mayor que en 1990
- Número de casos verificados de violencia sexual contra niños en conflicto, apenas la punta del iceberg
Londres, 18 de febrero - La asombrosa cifra de 72 millones de niños y niñas (el 17% de los 426 millones de niños y niñas que viven en zonas de conflicto en todo el mundo o 1 de cada 6) viven cerca de grupos armados que perpetran violencia sexual contra ellos, revela un nuevo informe de Save the Children.
“Arma de guerra: la violencia sexual contra los niños y niñas en situaciones de conflicto”, es el informe que incluye el primer análisis del riesgo de violencia sexual contra los niños y niñas que viven en conflictos entre 1990 y 2019, muestra que casi diez veces más niños y niñas están en mayor riesgo ahora que hace tres décadas (8.5 millones en 1990).
Los países donde los niños y niñas enfrentan el mayor riesgo de violencia sexual en los conflictos son Colombia, Irak, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen. *Esto incluye el riesgo de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada, aborto forzado, mutilación sexual, abuso sexual y tortura sexual a manos de grupos armados, fuerzas gubernamentales y fuerzas del orden.
Los sobrevivientes se enfrentan a varios desafíos, que se ven agravados por los conflictos. Incluyen la falta de sistemas y procesos para denunciar el delito, el estigma, el miedo a las represalias y la falta de apoyo y servicios.
La ONU ha verificado desde 2006 más de 20.000 casos de violencia sexual contra niños y niñas relacionada con conflictos, una de las seis violaciones graves. Su informe más reciente sobre niñez y los conflictos armados incluyó 749 casos confirmados de violencia sexual contra niños y niñas solo en 2019. De estos, el 98% se cometieron contra niñas y los casos atribuidos a las fuerzas estatales casi se duplicaron desde 2018.
Sin embargo, es probable que los casos verificados representen solo una fracción de los casos reales, como lo revela la nueva investigación de Save the Children.
Inger Ashing, directora ejecutiva de Save the Children International, dijo: "La violencia sexual no se denuncia en el mejor de los casos, pero aún más en las áreas de conflicto, especialmente entre los niños y niñas".
“En promedio, solo se reportaron dos casos de violencia sexual contra niños y niñas que viven en áreas de conflicto todos los días en 2019. Pero sabemos que la violación y otras formas de abuso se han utilizado cada vez más contra la niñez viviendo en zonas de conflicto, por lo que estos dos casos al día solo representan la punta del iceberg. Hay muchos más niños y niñas víctimas de violencia sexual de los que nunca hemos oído hablar, pero que también necesitan apoyo urgente. Cualquier forma de violencia sexual es terrible y debe cesar de inmediato”.
“El hecho de que las atrocidades sexuales cometidas por las fuerzas estatales contra los niños y niñas casi se duplicó entre 2018 y 2019 es vergonzoso. Los gobiernos y sus fuerzas deben hacer más para proteger a los más vulnerables en cualquier conflicto, incluidos los niños y niñas”.
El informe también revela que:
- En los últimos siete años, una mayor proporción de grupos armados que llevaron a cabo actos de violencia sexual en los conflictos también se dirigieron a los niños y niñas.
- De los 54 conflictos en todo el mundo, 22 involucran el uso reportado de violencia sexual contra civiles, mientras que 15 involucran a grupos armados que se informa explícitamente que han perpetrado violencia sexual contra niños y niñas.
- Si bien los niños y niñas solo representaron el 2% de los casos de violencia sexual denunciados por la ONU en 2019, durante los últimos años han sido blanco de ataques estratégicos en conflictos en la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Siria. En Afganistán, la mayoría de los casos notificados en 2019 estaban relacionados con niños y niñas, donde a menudo son explotados y esclavizados por hombres en posiciones de poder.
La violencia sexual se utiliza a menudo como arma de guerra contra los niños y niñas, y otros civiles para aterrorizarlos, sembrar el miedo y la intimidación para obtener beneficios políticos y militares, limpiar étnicamente o humillar a un grupo étnico o castigar a los civiles por el presunto apoyo a las fuerzas opuestas.
El trauma que inflige puede tener efectos físicos, psicológicos, sociales y económicos duraderos. La brutalidad del acto físico en sí puede ser especialmente dañina para los niños y niñas cuyos cuerpos no están completamente desarrollados. Las niñas pueden sufrir prolapsos uterinos, fístulas y otras lesiones en su sistema reproductivo, y enfrentar complicaciones y la muerte debido a embarazos precoces y abortos inseguros. Tanto las niñas como los niños corren el riesgo de sufrir daños urinarios y anales y la exposición a enfermedades de transmisión sexual que, si no se tratan, pueden causar daños a largo plazo e incluso la muerte.
El Dr. Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz 2018, y fundador y director médico del Hospital Panzi en la República Democrática del Congo, dijo: “Abrí el Hospital Panzi por primera vez en 1999 con la intención de construir un centro de excelencia para la salud materna en la República Democrática de Congo. Nunca podría haber imaginado que algunos de mis primeros pacientes no eran madres en trabajo de parto y sus bebés recién nacidos, sino bebés que en cambio habían sido violados. La superviviente más joven a la que he tratado tenía solo seis meses cuando fue agredida".
“Que más de 72 millones de niños y niñas en el mundo de hoy vivan cerca de grupos armados que utilizan la violencia sexual contra menores es simple y absolutamente inaceptable. La comunidad internacional puede y debe hacer más”.
Save the Children hace un llamado a los líderes mundiales, expertos en seguridad, donantes, miembros de la ONU y organizaciones internacionales para:
- Poner a los niños y niñas en el centro de cualquier acción internacional contra la violencia sexual en los conflictos, lo que incluye impulsar servicios y programas que reconocen y satisfacen sus necesidades especiales;
- Poner fin a la impunidad de la violencia sexual contra los niños y niñas mediante el fortalecimiento de las leyes y su aplicación, al tiempo que se pide cuentas a los perpetradores;
- Fortalecer y coordinar mejor la recopilación de datos sobre violencia sexual contra niños y niñas en conflicto.
La organización de ayuda también pide un aumento de la financiación para garantizar que se puedan satisfacer estas demandas.
“El uso de la violencia sexual como arma de guerra es aborrecible”, agregó la Sra. Ashing. “Los y las sobrevivientes de estas atrocidades merecen más de la comunidad internacional. Debemos unirnos para garantizar que esta grave violación se elimine de una vez por todas”.
Puedes ver el informe aquí.