Save the Children rechaza la violencia en el contexto de la movilización ciudadana y llama a no deslegitimar el derecho a la protesta
Save the Children Colombia expresa su preocupación e indignación por los actos violentos ocurridos recientemente en el país, en donde se ven involucrados y afectados niños, niñas y adolescentes junto con sus familias; y se solidariza con este difícil momento que viven especialmente las víctimas de muertes, desaparición forzada y de otras afectaciones a la integridad física, que se reportan tras siete días de movilización ciudadana en el país.
Save the Children hace un llamado urgente al respeto y garantía de los derechos humanos, así como al derecho a la libre asociación, movilización y protesta, sin deslegitimar las múltiples demandas e inconformidades manifestadas por distintos grupos sociales. Los hechos de vandalismo y delincuencia deben ser individualizados con todas las garantías procesales de un Estado de derecho, Save the Children rechaza firmemente el uso de la fuerza como mecanismo para resolver las diferencias.
“En estos momentos de crisis debemos velar por la integridad y vida de los adolescentes y los jóvenes manifestantes en todo Colombia. Unido a su derecho a participar y protestar está la responsabilidad de no hacer un uso desmedido de la fuerza en su contra. Mis pensamientos están con las familias de aquellos fallecidos y desaparecidos en los últimos días”, sostuvo María Paula Martínez, Directora Ejecutiva de la fundación.
De igual manera, Save the Children Colombia se une al llamado por la no militarización de las ciudades, en concordancia con su constante lucha por declarar las escuelas y espacios educativos como zonas de paz; como respuesta ante la situación actual de inconformismo social, señalados por la Defensoría del Pueblo, la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos para la Unión Europea, países aliados como Canadá, así como por parte de organizaciones nacionales e internacionales de la sociedad civil.
Como organización humanitaria reafirmamos nuestro compromiso con la protección y el respeto de los derechos humanos, así como con la construcción de entornos seguros y en paz para garantizar la vida y el desarrollo de niños, niñas, adolescentes y sus familias, sin importar su condición social, raza, nacionalidad o etnia.
Reclamamos la necesidad de establecer corredores humanitarios que le permitan a la sociedad civil atender las necesidades de las comunidades más vulnerables del país (migrantes, víctimas del conflicto, y viviendo en pobreza extrema).