Cinco formas en que las olas de calor amenazan los derechos de la niñez, desde la educación hasta la comida de cada día
LONDRES/GINEBRA - 18 de julio de 2023 - A medida que las temperaturas se disparan en todo el mundo, el calor extremo pone en peligro la salud de los niños, niñas y adolescentes, les aparta de la educación y les hace sentirse cada vez más preocupados por el futuro, declaró Save the Children.
China registró el domingo[i], la temperatura más alta de su historia, y casi un tercio de todos los estadounidenses -más de 110 millones de personas, incluidos más de 20 millones de niños, niñas y adolescentes- han estado bajo aviso de calor en los últimos días. Mientras tanto, se espera que Europa registre hoy el día más caluroso de su historia, cuando las temperaturas alcancen los 48 ºC en la isla italiana de Cerdeña.
En los últimos meses se han batido récords de temperatura en muchos países de Asia, y los niños, niñas y adolescentes afectados por la pobreza, la desigualdad y la discriminación se han visto afectados de forma desproporcionada.
Según un estudio publicado por Save the Children en colaboración con la Universidad Libre de Bruselas, Born into the Climate Crisis, los niños y niñas nacidos en 2020 se enfrentarán a una media de olas de calor siete veces superior a la de sus abuelos, de acuerdo con los compromisos de reducción de emisiones asumidos en el marco del Acuerdo de París de 2015. En algunos países esto es mucho peor, ya que los niños y niñas de Afganistán se enfrentan a 18 veces más olas de calor que sus abuelos.
El fenómeno meteorológico de El Niño también está calentando partes del océano Pacífico ecuatorial, provocando fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, y es probable que desencadene un nuevo aumento del calentamiento global, y los científicos predicen que es muy probable que uno de los próximos cinco años sea el más caluroso jamás registrado.
Pero aún podemos actuar, y si lo hiciéramos urgentemente para limitar el calentamiento a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, reduciríamos en un 45%[ii]. la exposición media adicional a las olas de calor durante toda la vida. Además de limitar el aumento de las temperaturas, Save the Children afirma que las autoridades deben adaptar las escuelas y los sistemas sanitarios para que sean resistentes a las olas de calor, tengan en cuenta las necesidades de los niños, niñas y adolescentes, sean accesibles y estén disponibles para todos.
Kelley Toole, responsable mundial de Cambio Climático de Save the Children, afirmó: "Los niños, niñas y adolescentes de todo el mundo se están viendo afectados ahora por la crisis climática. Las olas de calor les hacen enfermar, les impiden aprender y les dejan hambre. Necesitamos medidas urgentes contra el cambio climático, y los niños, niñas y adolescentes deben estar en el centro de ellas".
He aquí cinco formas en que las olas de calor abrasador están afectando a los derechos de los niños, niñas y adolescentes:
1. Efectos sobre la salud
Los niños, niñas y adolescentes expuestos al calor extremo corren mayor riesgo de padecer enfermedades respiratorias y renales y otros peligros para la salud. Cuanto más se exponen los niños, niñas y adolescentes al calor extremo, mayor es su riesgo de sufrir enfermedades respiratorias y renales, fiebre y desequilibrios electrolíticos, que pueden alterar una serie de funciones críticas, como las cardíacas y neurológicas, según un estudio de la revista Lancet[iii]También puede causar deshidratación grave, agotamiento e insolación, que si no se trata puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos, siendo mortal en algunos casos[iv].
Mantenerse hidratado, lo más fresco posible y alejado del sol puede reducir las probabilidades de enfermar[v].
Pero a veces esto no es posible, y los niños, niñas y adolescentes afectados por la desigualdad, la discriminación y los conflictos son especialmente vulnerables y tienen más probabilidades de carecer de acceso a una atención sanitaria de calidad. Esto incluye a los niños refugiados y desplazados, según Save the Children, como los refugiados rohingya en Cox's Bazar (Bangladesh), que viven bajo un calor abrasador en refugios hacinados y congestionados hechos de lona y bambú. Estos niños, niñas y adolescentes se enfrentan a menudo a brotes de enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea y el cólera, que ponen en peligro sus vidas.
2. Aprendizaje interrumpido
Las recientes olas de calor han provocado el cierre de escuelas en todo el mundo.
Incluso cuando los niños pueden ir a la escuela, el calor puede afectar a su concentración. Justina, una niña zambiana de 16 años, contó a Save the Children que se desmayaba en clase: "Cuando hace tanto calor, me desmayo. La semana pasada me desmayé por el calor. Fue en la escuela, y me sentí mal porque fue en público. No sé qué me pasó. Me sentí asfixiada, debido al calor".
El calor puede tener un impacto significativo en la educación, ya que los estudiantes muestran niveles más bajos de rendimiento durante los años escolares calurosos. Las investigaciones sugieren que cada grado Fahrenheit de aumento de la temperatura reduce en un 1%[vi] lo aprendido en un curso escolar. La exposición al calor puede exacerbar las desigualdades, ya que los alumnos de hogares con menos ingresos tienen más probabilidades de vivir en zonas afectadas por el calor y menos de beneficiarse de elementos como el aire acondicionado.
Además de limitar el calentamiento de las temperaturas, Save the Children señala que las autoridades deben adaptar las escuelas y otras instalaciones educativas para que resistan las olas de calor e incluir la educación climática en los planes de estudio.
3. Hambre
En todo el mundo, las malas cosechas y la muerte del ganado provocadas por el calor extremo ponen los alimentos fuera del alcance de los niños, niñas, adolescentes y las familias, y a menudo acaban provocando una subida de los precios para todos. El calor sin precedentes en los Estados Unidos está amenazando actualmente el rendimiento de las cosechas, por ejemplo, y los países de renta baja llevan años enfrentándose a sequías y malas cosechas.
Mientras tanto, en Bangladesh, una reciente ola de calor obligó a cerrar los comercios por cortes de electricidad, lo que acabó con los ingresos diarios de las familias y puso los alimentos aún más fuera de su alcance.
Save the Children afirma que los países de renta más alta deben invertir más en sistemas de protección social que tengan en cuenta las necesidades de la infancia y respondan a las crisis para ayudar a las familias y a los niños a hacer frente a la situación e invertir en una planificación a largo plazo que aumente la resiliencia de las comunidades. Una investigación reciente de Save the Children y otros miembros de la Iniciativa por los Derechos Medioambientales de los Niños (CERI, por sus siglas en inglés) descubrió que solo el 2,4% de los principales fondos mundiales para el clima pueden clasificarse como que apoyan actividades responsivas para los niños, niñas y adolescentes.
4. Sin poder jugar
Para muchos niños, niñas y adolescentes estas olas de calor llegan cuando los colegios se van de vacaciones. Pero como las autoridades advierten a la gente de que permanezca en casa, es probable que los niños, niñas y adolescentes se sientan encerrados, solos e incapaces de realizar actividades fundamentales para su desarrollo físico y mental, como jugar con amigos y hacer ejercicio físico. Esto también puede suponer riesgos de protección para ellos y ellas.
5. Malestar psicológico
Los días calurosos de verano aumentan el número de personas que sufren emergencias de salud mental, según una investigación reciente.
Incluso observar a distancia el desarrollo de la emergencia climática pasa factura a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes de todo el mundo. El año pasado, un estudio de Save the Children Reino Unido reveló que el 70% de los niños, niñas y adolescentes británicos estaban preocupados por el futuro que iban a heredar, y el 56% opinaba que el cambio climático y la desigualdad estaban provocando un deterioro de la salud mental de la niñez en todo el mundo.
Mientras tanto, otro estudio publicado en la revista The Lancet reveló que más del 45% de los niños, niñas y adolescentes[vii]de 10 países afirmaron que sus sentimientos sobre la crisis climática afectaban negativamente a su vida diaria y a su funcionamiento.