COVID-19: Cinco crisis a las que se enfrenta la niñez tras dos años de pandemia
LONDRES, 7 de marzo de 2022 - Los niños, niñas y adolescentes del mundo se han visto gravemente afectados por los dos años de la pandemia de COVID-19 en ámbitos que van desde el aumento de la violencia hasta el empeoramiento de la salud mental. Save the Children declara que es necesario adoptar medidas urgentes en todo el mundo para evitar que los años de progreso se reviertan.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia de COVID-19 el 11 de marzo de 2020, la salud física y mental, la educación y el bienestar económico de los niños, niñas y adolescentes se han puesto en peligro. Expertos de Save the Children temen que las repercusiones se sientan durante años, ya que el mundo entra en el tercer año de una crisis infantil global provocada por la colisión de la COVID-19, los conflictos y las emergencias climáticas.
Se estima que un 10% más de niños, niñas y adolescentes se han visto obligados a caer en la pobreza[i], se ha aumentado la demanda de las líneas de ayuda para la salud mental en un 7.000%[ii], cerca del 2,8% de los niños del mundo siguen sin ir a la escuela[iii], y la niñez del mundo ha denunciado un aumento de los abusos domésticos[iv] y en línea[v].
Kijala Shako, Director de Promoción, Comunicaciones, Campañas y Medios de Comunicación para África Oriental y Meridional de Save the Children, dijo que el impacto de la COVID-19 en los niños fue minimizado al comienzo de la pandemia cuando las pruebas mostraron que los impactos físicos de la enfermedad eran más graves para los adultos. Pero después de dos años, las repercusiones físicas y sociales de la crisis, que duran toda la vida, se han hecho claramente evidentes.
"Para proteger a toda una generación de los impactos duraderos de la COVID-19, el mundo necesita asegurar urgentemente que todos los países, especialmente los de bajos ingresos y los estados frágiles, puedan responder a la pandemia de manera efectiva y reconstruir mejor para los niños", dijo Shako.
Los expertos de Save the Children analizaron cinco crisis a las que se enfrentan los niños, niñas y adolescentes en todo el mundo debido a la pandemia de COVID-19:
1. AUMENTO DE LA VIOLENCIA
Como en cualquier crisis, los niños, niñas y adolescentes corrieron el riesgo de sufrir violencia durante los dos últimos años de la pandemia. Las nuevas pruebas han revelado que las crisis económicas y el cierre de escuelas sufridos durante este periodo tienen cierta correlación con el aumento de la violencia tanto contra los adultos como contra los niños.
En una encuesta realizada por Save the Children a 25,000 personas de 37 países en el año 2020, los niños informaron de mayores índices de violencia cuando las escuelas estaban cerradas en comparación con los que asistían a clase en persona. También reveló que uno de cada cinco cuidadores informó de un aumento en el uso de métodos de crianza negativos o violentos. Las últimas cifras de Sudáfrica mostraron que más de 350 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados
en los últimos tres meses de 2021 y hubo un aumento del 30% en los intentos de asesinato, y la mayoría de la violencia tuvo lugar en el hogar.
2. EMPEORAMIENTO DE LA SALUD MENTAL
Los niños, niñas y adolescentes se han visto abrumadoramente afectados por sentimientos negativos como resultado de la pandemia y la alteración de sus vidas, incluso por la falta de socialización y el cierre de las escuelas, con la incertidumbre y el estrés contribuyendo a niveles asombrosos de soledad, ansiedad y depresión.
Save the Children creó una línea de ayuda gratuita para apoyar la salud mental de niños, niñas y adolescentes en la India. Las llamadas a la línea de ayuda se dispararon cuando el país se enfrentó a un récord de casos de COVID-19 en la primavera de 2021, con un aumento del 7.000% en las llamadas de marzo a abril.
Hay indicios de que los gobiernos no respondieron adecuadamente al enorme aumento de las necesidades de salud mental y bienestar de los niños, niñas y adolescentes. Un análisis de la financiación de la COVID-19 descubrió que los programas de salud mental representaban solo el 0,54% de los 2.980 millones de dólares asignados al Plan Global de Respuesta Humanitaria, el llamamiento global de la ONU para combatir la COVID-19, hasta octubre de 2020[vi].
3. AUMENTO DE LA VIOLENCIA EN LÍNEA
Las medidas de bloqueo hicieron que un mayor número de niños, niñas y adolescentes recurriera a la tecnología para aprender y mantenerse en contacto con sus amigos y familiares. Sin embargo, no todos tenían los conocimientos o los recursos necesarios para mantenerse seguros en línea, lo que los ponía en riesgo de explotación y abuso en línea y provocaba preocupantes efectos en su salud mental.
El abuso, el acoso y la intimidación en línea pueden tener consecuencias tan negativas como las violaciones y los abusos físicos. En Dinamarca, un reciente estudio de Save the Children reveló que el 42% de todos los niños, niñas y adolescentes del país han sufrido violencia en línea en el último año.
Delete-It, el servicio de asesoramiento de Save the Children en Dinamarca que se especializa en ayudar a los niños expuestos al abuso y acoso digital, vio un aumento masivo del 179% en las consultas de 2019 a 2021. A medida que la pandemia se prolongaba, la línea de ayuda también vio un fuerte aumento en el número de consultas con un pico del 50%, pasando de 1,319 en eñl año 2020 a 1.974 en el año 2021.
4. LAS ESCUELAS CIERRAN SUS PUERTAS
La pandemia de COVID-19 provocó la mayor crisis educativa de la historia, con toda una generación de estudiantes que no pudieron ir a la escuela: más de 1,600 millones de niños en su punto álgido. En la actualidad, el cierre de escuelas sigue afectando a 43,5 millones de alumnos en seis países,[1] o el 2,8% de la población estudiantil total del mundo.
Los cierres prolongados de escuelas han agravado las desigualdades, afectando gravemente a los niños, niñas y adolescentes que carecen de acceso a la tecnología y otros apoyos para el aprendizaje en el hogar, y provocando pérdidas de aprendizaje y un aumento de las tasas de abandono escolar. En el Líbano, donde las escuelas cerraron sus puertas durante 49 semanas a causa de la COVID-19, los estudiantes aún se resienten de los efectos de los repetidos cierres de escuelas y de una crisis económica que ha agravado la pérdida de aprendizaje.
Eliot*, de 11 años, es un refugiado palestino que vive en un campamento en el Líbano, donde va a la escuela cada dos semanas debido a la pandemia de COVID-19. Cuando se declaró la pandemia, se vio obligado a aprender a distancia y ahora le preocupa estar atrasado en sus estudios.
"No podíamos ir a la escuela porque los profesores y los alumnos se estaban contagiando de COVID-19, así que nos cambiamos a Internet. El online es mucho peor. No entendí bien las lecciones debido a los cortes de electricidad e internet", dijo Eliot. "Me preocupa no saber leer y escribir cuando sea mayor y si alguien me pide que lea, no sabría hacerlo".
Desde octubre de 2019, Líbano experimenta una de las peores crisis financieras del mundo, lo que pone el aprendizaje en línea fuera del alcance de muchos estudiantes. Una encuesta realizada en 2020 por Save the Children descubrió que el 69% de los niños y niñas informaron que tenían dificultades para acceder a la educación a distancia, y uno de cada tres dijo que era demasiado caro. En una encuesta de seguimiento realizada en 2021, todos los niños y niñas señalaron que la pandemia sigue afectando a su derecho a la educación.
5. AUMENTO DE LA POBREZA
Desde el inicio de la pandemia, se estima que 100 millones de niños, niñas y adolescentes más se han visto abocados a la pobreza, lo que supone un aumento del 10% en comparación con la situación anterior a la pandemia, según datos analizados por UNICEF y Save the Children. Este aumento significa que unos 1,100 millones de niños viven ahora en la pobreza. Las familias de los países con menores ingresos son las más afectadas y se están recuperando a un ritmo más lento y con mayores niveles de desempleo.
La Sra. Shako añadió
"La COVID-19 es la mayor crisis sanitaria, educativa y económica mundial de nuestra vida y ha afectado a todos los niños, niñas y adolescentes del mundo. Las organizaciones de defensa de los derechos de la infancia y los padres dieron la voz de alarma desde el principio y, sin embargo, los responsables políticos y los dirigentes han tardado dos años en darse cuenta de que la pandemia ha sido devastadora para la niñez”.
"Para proteger a toda una generación de los impactos duraderos del COVID-19, el mundo necesita asegurar urgentemente que todos los países, especialmente los de bajos ingresos y los estados frágiles, puedan responder a la pandemia de manera efectiva y reconstruir mejor para los niños".
Durante los dos últimos años de la pandemia, Save the Children ha proporcionado a las comunidades locales información sobre cómo mantenerse a salvo de la COVID-19 y ha distribuido materiales de higiene para evitar la propagación de la infección. La organización también ha
proporcionado transferencias de dinero en efectivo, agua potable, asistencia sanitaria, apoyo a la salud mental y programas de educación para garantizar que los niños, niñas y adolescentes sobrevivan, aprendan y estén protegidos durante esta pandemia.