El hambre extrema en Haití está forzando a la niñez a unirse a pandillas armadas - Save the Children
PUERTO PRÍNCIPE, 8 de mayo de 2024 - El hambre está conduciendo a los niños, niñas y adolescentes de Haití a unirse a pandillas violentas. Save the Children ha recibido informes de que algunos niños, niñas y adolescentes han matado, secuestrado y saqueado para conseguir alimentos.
La organización de defensa de los derechos de la niñez está recibiendo noticias de un creciente número de niños, niñas y adolescentes que se ven obligados a tomar medidas desesperadas para poder alimentarse, mientras Haití se enfrenta a unos niveles de hambre sin precedentes en medio de una espiral de anarquía y desastres climáticos.
La violencia en la que están implicadas pandillas y grupos armados se ha disparado más de un 140% en lo que va de año en comparación con 2021, según el análisis de Save the Children de los datos de ACLED. [1]
Entre enero y marzo de este año, al menos 82 niños, niñas y adolescentes han sido reportados muertos o heridos por la violencia de las pandillas, un aumento del 55% en comparación con el último trimestre de 2023, marcando el período más violento para los niños, niñas y adolescentes en el país que se haya registrado, según datos verificados por la ONU. De los 82 niños, niñas y adolescentes muertos o heridos, casi la mitad fueron alcanzados por las balas durante ataques violentos de pandillas o enfrentamientos entre las pandillas y la policía.
Entre el 30% y el 50% de los grupos armados de Haití cuentan actualmente con niñez en sus filas, según la ONU. Muchos de estos niños, niñas y adolescentes han sido obligados a unirse a los grupos armados, mientras que otros se han unido voluntariamente como medida de supervivencia.
Uno de cada dos niños, niñas y adolescentes del país se enfrenta a una grave inseguridad alimentaria debido a la escasez de alimentos provocada por la violencia de las pandillas.
Jules Roberto, Asesor de alimentación y medios de subsistencia de Save the Children en Haití, afirmó:
«La situación del hambre es tan desesperada que nuestro personal está escuchando historias de niños, niñas y adolescentes que se unen a pandillas peligrosas sólo para conseguir comida, poniendo en riesgo sus vidas y su futuro. Los niños, niñas y adolescentes no acompañados son los que corren mayor riesgo de ser reclutados. Una barriga hambrienta no tiene oídos: irá donde pueda conseguir comida, aunque eso signifique matar y saquear para conseguirla».
«La mayoría de los niños, niñas, adolescentes y familias con los que hablamos luchan por conseguir siquiera una comida al día, y a menudo comen alimentos caducados. Las madres solteras también han contado a nuestros equipos que estaban pensando en dedicarse o se han dedicado al trabajo sexual para mantener a sus hijos.
«Si no se prioriza y amplía el apoyo permanente en los campos de desplazados, se creará un caldo de cultivo para que las bandas atraigan a los niños más vulnerables hacia el reclutamiento».
Dado que las bandas controlan más del 90% de Puerto Príncipe, las familias tienen dificultades para encontrar y comprar alimentos nutritivos. Desde enero, el precio de una canasta de alimentos en la capital se ha incrementado en un 21%.
Save the Children hace un llamamiento a los líderes mundiales para que protejan a los niños, niñas y adolescentes más marginados de Haití del reclutamiento y la utilización por parte de grupos armados, y a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para que utilicen su poder para poner fin a la impunidad de los responsables del reclutamiento y la utilización ilegales de niños, niñas y adolescentes y de otras graves violaciones contra la niñez. La organización de defensa de los derechos de la niñez también hace un llamamiento a todas las partes en Haití para que permitan el paso inmediato, sostenido y sin trabas de la ayuda humanitaria, y a la comunidad internacional para que aumente urgentemente la financiación humanitaria para la crisis en Haití.
Save the Children lleva trabajando en Haití desde 1978, tanto en comunidades urbanas como rurales, proporcionando dinero en efectivo para que las familias puedan comprar artículos de primera necesidad, prestando apoyo sanitario y nutricional y apoyando a los niños, niñas y adolescentes en las escuelas.