Kiev, 1 de marzo de 2022 - Los niños heridos en zonas de conflicto corren un riesgo aún mayor que los adultos debido a su vulnerabilidad específica y a las necesidades de tratamiento de las heridas causadas por las explosiones, ha afirmado Save the Children, que pide el fin inmediato de la violencia en Ucrania mientras la operación militar rusa se intensifica en las principales ciudades.

Según la ONU, ya han muerto al menos 14 niños y niñas, y se teme que haya muchas más vidas en peligro, ya que una imagen de satélite revela que un convoy militar ruso de unos 65 kilómetros de largo se está acercando a Kiev.

Los niños, niñas y adolescentes están en grave peligro, especialmente por la amenaza de las armas explosivas. Las niñas y niños más pequeños que resultan heridos en las explosiones corren un riesgo de muerte mayor que el de los adultos y deben recibir un tratamiento diferente. Los niños y niñas tienen cuellos y torsos más débiles que los adultos, por lo que se necesita menos fuerza para causar una lesión cerebral. En las zonas de guerra, los traumatismos craneales son comunes ente las niñas y niños pequeños, y los pacientes menores de siete años tienen el doble de probabilidades de presentar una lesión en la cabeza que los mayores de siete años.

En todo Kiev, los tres millones de habitantes de la ciudad se refugian en sótanos, estaciones de metro y refugios antibombas, sin poder salir de sus casas debido a los combates activos en la capital. Los pacientes de las salas de maternidad y los hospitales infantiles también se esconden para vivir bajo tierra, con poca luz y acceso limitado a medicamentos, agua potable y alimentos.

El lunes, un intenso bombardeo en Kharkiv mató a tres niños, según el alcalde de la ciudad, y el domingo murió una niña de seis años en un ataque en el puerto de Mariupol, a la que los médicos no pudieron salvar.

En las zonas de conflicto, incluso el personal médico capacitado, como los cirujanos, las enfermeras y los terapeutas, puede carecer de la formación médica de emergencia y de los conocimientos necesarios para tratar a los niños. Los centros de salud y los equipos médicos que operan en las zonas de conflicto suelen estar desbordados y con pocos recursos.

Save the Children, en colaboración con el Imperial College de Londres y expertos médicos, ha elaborado un completo manual -el primero de este tipo- para ayudar a los niños heridos en los conflictos. El manual ayuda a los equipos médicos de las zonas de conflicto, que a menudo se ven obligados a operar y tratar a los niños en circunstancias difíciles con una formación especializada y unos recursos limitados sobre cómo hacerlo.

James Denselow, responsable de conflictos y asuntos humanitarios de Save the Children Reino Unido, declaró:

"En los últimos seis días, los niños de Ucrania han visto cómo se destruían sus hogares y escuelas, se han visto obligados a huir o a esconderse en sótanos y refugios antibombas, y se han visto separados de sus familias y amigos.

"Estamos viendo vídeos de niños y niñas cantando desde los refugios para mantener el ánimo. Ningún niño o niña debería verse en esta situación, deberían estar en la escuela o jugando al aire

libre, pero en lugar de eso, temen por sus vidas. Necesitan protección urgente y que la operación militar rusa se detenga inmediatamente”.

"La situación se está descontrolando. Si el conflicto se intensifica aún más, tememos que el número de muertes de niños siga aumentando considerablemente en los próximos días e incluso horas."

Save the Children ha estado operando en Ucrania desde 2014, entregando ayuda humanitaria esencial a los niños y sus familias. Esto incluye el apoyo a su acceso a la educación, la prestación de apoyo psicosocial, la distribución de kits de invierno y kits de higiene, y la concesión de subvenciones en efectivo a las familias para que puedan satisfacer las necesidades básicas como alimentos, alquiler y medicamentos, o para que puedan invertir en nuevos negocios.

El Fondo de Emergencia para la Infancia permite a Save the Children responder allí donde la necesidad es mayor para llegar rápidamente a los niños con los elementos esenciales que necesitan para sobrevivir.