Queques con sabor a fortaleza
Neyda tiene 14 años, vive en Bolivia. Ella es estudiante de tercero de secundaria y vive con su mamá Rosa, sus hermanas y sobrinos.
Hace un año, uno de los sueños de Neyda se hizo realidad. Ella tenía la idea de empezar un emprendimiento de queques, pero no tenía las posibilidades hasta que participó del programa Adolescentes Protagonistas del Desarrollo de Save the Children: ““Me sentí emocionada, yo quería ese emprendimiento de queques. Pensé que no me iban a enseñar, pero cuando entré al programa, me dijeron que me iban a enseñar todo sobre pastelería. Me preguntaron que necesitas para tu emprendimiento y me dieron todo, garrafa, batidora, moldes, horno y los ingredientes por quintal”.
Aprender a hacer queques fue una odisea no solo para Neyda, sino también para su mamá y su hermana, ya que de acuerdo a lo que aprendía en clases, ella trataba de realizarlo en casa, y para ello le ayudaban su mamá y su hermana: “a veces nos salían planos, también se nos bajaba la masa, pero poco a poco hemos aprendido. Un día cuando llegó mi mamá de su trabajo, la sorprendimos con queques listos y nos salieron muy ricos. El olor de los queques llegó a los vecinos, quienes preguntaban qué cocinaron, ya que olía muy bien”.
La señora Rosa también se pudo capacitar en los cursos del programa y le sirvió para iniciar su negocio de venta de medias, ahora en la familia tienen dos fuentes de ingreso: “Gracias a Save the Children y a los cursos que hemos tenido, he aprendido a manejar el dinero, cómo tenemos que hacer crecer las ganancias y a ahorrar.”
Ambas son una muestra de superación y determinación, ya que la vida no ha sido fácil para esta familia: “Debido a la cuarentena, no podíamos salir. No teníamos que comer. Save the Children nos trajo una canasta de víveres y con eso pudimos estar bien. Uno de mis hijos estuvo en el hospital y no teníamos dinero para comprar los medicamentos”.
Las diferentes situaciones a la que se han enfrentado han hecho que Neyda se haya convertido en una adolescente más fuerte, extrovertida y muy responsable. A su corta edad ya sabe lo que quiere: “Me dolía mucho ver a mi mamá sufrir, no sabía cómo ayudarle, tenía que ser fuerte para darle comida a mis hermanitos. Hoy con mi emprendimiento puedo ayudar en la casa haciendo lo que me gusta. Yo quiero tener mi empresa grande. Quiero seguir en panadería, estudiar para ser una chef en repostería, y no me voy a rendir”.
Sin duda la señora Rosa, fue una inspiración para su hija, además de transmitirle su fortaleza le enseñó que siempre hay que seguir adelante: “Si hay mamás como yo, viudas, no se sientan solas, siempre hay alguien que les va dar una mano, hay que ser fuertes, la vida sigue adelante. Mi idea es ayudar a otras personas, yo sé que hoy me están ayudando, pero va ver un día en que nosotras ayudemos también”.
Y justamente una de las bases del proyecto Adolescentes Protagonistas del Desarrollo es brindar mejor calidad de vida para las y los adolescentes, pero no solamente brindándoles las oportunidades de emprender y mejorar su calidad económica, sino también apoyarles en su formación personal, su empoderamiento, el quererse y valorarse como persona: “al principio era tímida no quería hablar, y poco a poco fui ganando seguridad gracias a los talleres, hoy soy más segura y no tengo miedo, ya puedo hablar y vender mis queques”.
La señora Rosa también aprendió a ser más fuerte y a valorarse como la gran madre que es: “Hoy en día soy fuerte, ya sonrío, antes no podía reír, tal vez por miedo o sufrimiento. A mis hijas les enseño que se quieran. Gracias a Save the Children ya tenemos un capital, y vamos a hacer crecer los negocios”.
La vida tiene altibajos, pero las experiencias pueden convertirse en grandes lecciones de vida. Hoy Neyda tiene su carrito para salir a vender los queques con su mamá, su cocina equipada para preparar los queques, y poco a poco ampliará sus productos, entre ellos alfajores y donas. La señora Rosa, ya tiene bastante mercancía para su negocio de venta medias, y juntas salen de lunes a viernes a las ferias a vender sus productos. Ellas son las protagonistas de su historia, y seguirán trabajando por sus sueños juntos a su familia.