Millones de niños y niñas afectados por los 150.000 millones de dólares de recortes en educación
Un grupo de 275 ex líderes mundiales, economistas y educadores han instado a las naciones del G20 y a otros países a que tomen medidas para evitar que la crisis de salud mundial cree una «generación COVID», es decir, decenas de millones de niños y niñas sin esperanza de recibir una educación.
Estos líderes, entre los que se cuentan algunos expresidentes* y ex primeros ministros*, afirman que es necesario adoptar medidas urgentes y que ahora que en algunos países el confinamiento está llegando a su fin la prioridad inmediata es el futuro de 30 millones de niños y niñas que, según un informe de la UNESCO, podrían no regresar nunca a la escuela.
En una carta dirigida a los líderes del G20, los gobiernos nacionales y las instituciones financieras internacionales, estos antiguos líderes también advierten que los niños y las niñas en la mayor situación de pobreza del mundo se han visto privados de la posibilidad de aprender y de acceder a Internet, y que con la pérdida de las comidas escolares gratuitas —que en su día fueron una medida vital para 300 millones de niños y niñas—, el hambre está aumentando.
La carta dice: «No podemos permanecer impasibles y permitir que a estos jóvenes se los prive de su educación y de la posibilidad de tener una oportunidad justa en la vida».
Inger Ashing, director ejecutivos de Save the Children, manifestaron: «La COVID-19 es una crisis de salud pública mundial que ha puesto al mundo ante una emergencia educativa sin precedentes. Esta emergencia amenaza con privar a millones de niños y niñas de su derecho a la educación, exacerbando desigualdades relacionadas con la riqueza y el género y atrapando a países enteros en una espiral descendente de crecimiento lento, aumento de la pobreza y disminución de oportunidades. Los gobiernos deberían invertir en la enseñanza, pero en su lugar, nos enfrentamos a recortes presupuestarios sin precedentes. La comunidad internacional se dirige como un autómata hacia un desastre educativo evitable que dejará huellas indelebles en toda una generación».
Los líderes también exhortan al G20 a que aumente la financiación y «reconstruyan una educación mejor», y afirman que: «El Banco Mundial estima que el próximo año el gasto global en educación en los países de ingresos bajos y medios podría ser entre 100.000 y 150.000 millones de dólares inferior a lo previsto.
«Hacemos un llamado al G20, al FMI, al Banco Mundial, a los bancos regionales de desarrollo y a todos los países para que reconozcan la magnitud de la crisis y apoyen las tres iniciativas de emergencia».