La crisis de Ucrania amenaza con empujar al hambre a millones de niños en todo el mundo
GLOBAL, 2 de marzo de 2022 - El aumento vertiginoso de los precios del trigo debido a la operación militar rusa en Ucrania podría poner a millones de niños en los contextos más frágiles del mundo, como Yemen, Líbano y Siria, en riesgo de enfermar o incluso de morir de hambre, ha declarado hoy Save the Children.
La organización de defensa de los derechos de la infancia pide el cese inmediato de la violencia, no sólo para proteger a los niños de Ucrania, sino también para evitar una mayor escalada de la que ya es la peor crisis mundial de hambre de este siglo.
Rusia y Ucrania representan una cantidad importante del suministro mundial de trigo, y juntos exportaron más de una cuarta parte del trigo mundial en el año 2019. La violencia actual va a provocar un fuerte aumento de los precios mundiales de los cereales, y se prevé que el trigo suba hasta un 50% en algunos países.
En Yemen, donde el 95% del trigo es importado, incluyendo más del 30% de Rusia y Ucrania, el trigo y el pan constituyen más de la mitad de la ingesta de calorías para el hogar promedio. Los precios de los alimentos en el país ya se han duplicado con creces en los últimos años, y las familias se ven obligadas a reducir las porciones de alimentos o a saltarse las comidas por completo para poder hacer frente a la situación. Más de la mitad de la población se enfrenta al hambre aguda, según el Programa Mundial de Alimentos.
La directora de Save the Children en Yemen, Rama Hansraj, dijo: "La crisis que se está desarrollando en Ucrania está teniendo un efecto dominó en los niños de otras partes del mundo. Nuestros corazones se rompen por los niños de Ucrania, pero no puedo dejar de pensar en los horrores adicionales que pueden producirse si este conflicto no se detiene inmediatamente".
"En Yemen, 8 millones de niños están ya al borde de la hambruna. Las familias están agotadas. Se han enfrentado a un horror tras otro durante siete años de guerra. Tememos que no sean capaces de soportar otro choque, especialmente al principal ingrediente que mantiene a sus hijos con vida. Ningún niño o niña más debe morir de hambre".
En el Líbano, hasta el 80% de las importaciones de trigo provienen de Rusia y Ucrania. Sólo se puede almacenar trigo para un mes en los molinos existentes, como consecuencia de la explosión de agosto de 2020 en el puerto de Beirut, que destruyó los principales silos de grano del país y mató a más de 200 personas.
Con el país experimentando una inflación récord y con cada vez más familias luchando por poner comida en la mesa, la escasez de alimentos básicos o las nuevas subidas de precios de los alimentos agravarán una situación ya desesperada, advirtió Save the Children.
Jennifer Moorehead, directora de Save the Children en el Líbano, dijo: "Hace apenas unos meses, las familias con las que trabajamos nos contaban cómo se habían visto obligadas a reducir su ingesta
diaria de alimentos a la mitad, ya que el precio de los alimentos básicos se había cuadruplicado desde el año anterior debido a la crisis económica del país.
"No es exagerado decir que en el Líbano la supervivencia de los niños pende de un hilo. El trigo importado de Ucrania es un salvavidas vital; cortarlo llevará sin duda a las familias de aquí al borde del abismo".
También preocupa Siria, donde la producción nacional de trigo se ha hundido tras casi 11 años de conflicto, desplazamientos y crisis económica. En 2021, la producción total de trigo del país era sólo una cuarta parte de la media anterior a la crisis. Unos 12 millones de personas en Siria -el 56% de la población del país- sufren inseguridad alimentaria.
Las zonas bajo el control del gobierno de Siria podrían verse especialmente afectadas. El gobierno trató de apuntalar el suministro de trigo mediante importaciones rusas en 2021, pero cualquier riesgo para este suministro podría alimentar una nueva ola de hambre.
Sonia Khush, directora de respuesta de Save the Children en Siria, ha declarado: "Mientras el mundo se vuelca en una nueva crisis y en todos los horrores que esta violencia desata sobre la gente corriente, las necesidades de los niños sirios alcanzan un nivel récord. Una crisis alimentaria mundial provocada por la situación en Ucrania conlleva nuevas amenazas a las que estos niños no pueden hacer frente”.
Save the Children pide el cese inmediato de la violencia en Ucrania, ya que es la única manera de proteger a los niños. También evitará que se deteriore la situación de los niños y las familias de fuera de Europa que dependen de las exportaciones para sobrevivir.
El conflicto se produce en un momento en el que el mundo se enfrenta a la peor crisis de hambre de este siglo, ya que el número de personas en riesgo de hambruna ha aumentado un 60% desde antes de la pandemia del COVID-19. Actualmente, se estima que 45 millones de personas en 43 países están en riesgo de hambruna, frente a los 27 millones de 2019.
Save the Children lleva trabajando en Yemen desde 1963, implementando programas de educación, protección infantil, salud y nutrición, agua y saneamiento, y respuesta de emergencia en la mayor parte del país.
Save the Children trabaja en el Líbano desde 1953, apoyando a niños y jóvenes en educación, participación y protección infantil, seguridad alimentaria y medios de vida, y acceso a agua potable y refugio.
Los programas de Save the Children en Siria combinan intervenciones de emergencia y para salvar vidas con actividades de recuperación temprana que apoyan el restablecimiento de los servicios básicos, incluyendo la protección de la infancia, la educación, la respuesta de emergencia, la seguridad alimentaria y los medios de vida, el agua, el saneamiento y la higiene, así como la salud y la nutrición.
Save the Children ha estado operando en Ucrania desde 2014, entregando ayuda humanitaria esencial a los niños y sus familias. Esto incluye el apoyo a su acceso a la educación, la prestación de
apoyo psicosocial, la distribución de kits de invierno y kits de higiene, y la concesión de subvenciones en efectivo a las familias para que puedan satisfacer necesidades básicas como la alimentación, el alquiler y los medicamentos, o para que puedan invertir en nuevos negocios.
El Fondo de Emergencia para la Infancia permite a Save the Children responder allí donde la necesidad es mayor para llegar rápidamente a los niños con los elementos esenciales que necesitan para sobrevivir.
GLOBAL, 2 de marzo de 2022 - El aumento vertiginoso de los precios del trigo debido a la operación militar rusa en Ucrania podría poner a millones de niños en los contextos más frágiles del mundo, como Yemen, Líbano y Siria, en riesgo de enfermar o incluso de morir de hambre, ha declarado hoy Save the Children.
La organización de defensa de los derechos de la infancia pide el cese inmediato de la violencia, no sólo para proteger a los niños de Ucrania, sino también para evitar una mayor escalada de la que ya es la peor crisis mundial de hambre de este siglo.
Rusia y Ucrania representan una cantidad importante del suministro mundial de trigo, y juntos exportaron más de una cuarta parte del trigo mundial en el año 2019. La violencia actual va a provocar un fuerte aumento de los precios mundiales de los cereales, y se prevé que el trigo suba hasta un 50% en algunos países.
En Yemen, donde el 95% del trigo es importado, incluyendo más del 30% de Rusia y Ucrania, el trigo y el pan constituyen más de la mitad de la ingesta de calorías para el hogar promedio. Los precios de los alimentos en el país ya se han duplicado con creces en los últimos años, y las familias se ven obligadas a reducir las porciones de alimentos o a saltarse las comidas por completo para poder hacer frente a la situación. Más de la mitad de la población se enfrenta al hambre aguda, según el Programa Mundial de Alimentos.
La directora de Save the Children en Yemen, Rama Hansraj, dijo: "La crisis que se está desarrollando en Ucrania está teniendo un efecto dominó en los niños de otras partes del mundo. Nuestros corazones se rompen por los niños de Ucrania, pero no puedo dejar de pensar en los horrores adicionales que pueden producirse si este conflicto no se detiene inmediatamente".
"En Yemen, 8 millones de niños están ya al borde de la hambruna. Las familias están agotadas. Se han enfrentado a un horror tras otro durante siete años de guerra. Tememos que no sean capaces de soportar otro choque, especialmente al principal ingrediente que mantiene a sus hijos con vida. Ningún niño o niña más debe morir de hambre".
En el Líbano, hasta el 80% de las importaciones de trigo provienen de Rusia y Ucrania. Sólo se puede almacenar trigo para un mes en los molinos existentes, como consecuencia de la explosión de agosto de 2020 en el puerto de Beirut, que destruyó los principales silos de grano del país y mató a más de 200 personas.
Con el país experimentando una inflación récord y con cada vez más familias luchando por poner comida en la mesa, la escasez de alimentos básicos o las nuevas subidas de precios de los alimentos agravarán una situación ya desesperada, advirtió Save the Children.
Jennifer Moorehead, directora de Save the Children en el Líbano, dijo: "Hace apenas unos meses, las familias con las que trabajamos nos contaban cómo se habían visto obligadas a reducir su ingesta
diaria de alimentos a la mitad, ya que el precio de los alimentos básicos se había cuadruplicado desde el año anterior debido a la crisis económica del país.
"No es exagerado decir que en el Líbano la supervivencia de los niños pende de un hilo. El trigo importado de Ucrania es un salvavidas vital; cortarlo llevará sin duda a las familias de aquí al borde del abismo".
También preocupa Siria, donde la producción nacional de trigo se ha hundido tras casi 11 años de conflicto, desplazamientos y crisis económica. En 2021, la producción total de trigo del país era sólo una cuarta parte de la media anterior a la crisis. Unos 12 millones de personas en Siria -el 56% de la población del país- sufren inseguridad alimentaria.
Las zonas bajo el control del gobierno de Siria podrían verse especialmente afectadas. El gobierno trató de apuntalar el suministro de trigo mediante importaciones rusas en 2021, pero cualquier riesgo para este suministro podría alimentar una nueva ola de hambre.
Sonia Khush, directora de respuesta de Save the Children en Siria, ha declarado: "Mientras el mundo se vuelca en una nueva crisis y en todos los horrores que esta violencia desata sobre la gente corriente, las necesidades de los niños sirios alcanzan un nivel récord. Una crisis alimentaria mundial provocada por la situación en Ucrania conlleva nuevas amenazas a las que estos niños no pueden hacer frente”.
Save the Children pide el cese inmediato de la violencia en Ucrania, ya que es la única manera de proteger a los niños. También evitará que se deteriore la situación de los niños y las familias de fuera de Europa que dependen de las exportaciones para sobrevivir.
El conflicto se produce en un momento en el que el mundo se enfrenta a la peor crisis de hambre de este siglo, ya que el número de personas en riesgo de hambruna ha aumentado un 60% desde antes de la pandemia del COVID-19. Actualmente, se estima que 45 millones de personas en 43 países están en riesgo de hambruna, frente a los 27 millones de 2019.
Save the Children lleva trabajando en Yemen desde 1963, implementando programas de educación, protección infantil, salud y nutrición, agua y saneamiento, y respuesta de emergencia en la mayor parte del país.
Save the Children trabaja en el Líbano desde 1953, apoyando a niños y jóvenes en educación, participación y protección infantil, seguridad alimentaria y medios de vida, y acceso a agua potable y refugio.
Los programas de Save the Children en Siria combinan intervenciones de emergencia y para salvar vidas con actividades de recuperación temprana que apoyan el restablecimiento de los servicios básicos, incluyendo la protección de la infancia, la educación, la respuesta de emergencia, la seguridad alimentaria y los medios de vida, el agua, el saneamiento y la higiene, así como la salud y la nutrición.
Save the Children ha estado operando en Ucrania desde 2014, entregando ayuda humanitaria esencial a los niños y sus familias. Esto incluye el apoyo a su acceso a la educación, la prestación de
apoyo psicosocial, la distribución de kits de invierno y kits de higiene, y la concesión de subvenciones en efectivo a las familias para que puedan satisfacer necesidades básicas como la alimentación, el alquiler y los medicamentos, o para que puedan invertir en nuevos negocios.
El Fondo de Emergencia para la Infancia permite a Save the Children responder allí donde la necesidad es mayor para llegar rápidamente a los niños con los elementos esenciales que necesitan para sobrevivir.