Atravesando El Tapón De Darién: ¿pueden Los Niños, Niñas Y Adolescentes Aprender a Lo Largo De La Ruta Migratoria?
Por Paula Smits, Gerente Regional de Evidencia y Aprendizaje
Una sonrisa amable y un saludo hicieron que sus ojos se iluminaran por un momento. En sus caras se podía ver el cansancio y el dolor que cargaban. ¡Pero lo habían conseguido! Su viaje a través del Tapón del Darién, el tramo montañoso de selva inhóspita de 115 kilómetros aproximadamente que conecta la frontera entre Colombia y Panamá, había concluido [1]. Pero el costo había sido alto. Si estaban entre los afortunados, una pequeña mochila, algo de dinero, un juego de ropa y algún tipo de calzado sería todo lo que aún poseerían, aparte de los recuerdos de lo que habían vivido y visto durante aquellos días en la selva. Los menos afortunados habrían perdido más, si no todo, tanto física como emocionalmente.
Mientras estábamos paradas en ese punto de llegada de las Estaciones de Recepción Temporal de Migrantes (ETRM) de Lajas Blancas, varios migrantes se acercaron a nosotras para pedir ayuda; atención médica, ropa o información sobre dónde ir después. Una pareja reconoció el logo de SavetheChildren en nuestras camisetas y mencionó con orgullo que habían sido atendidos por SavetheChildrenen Colombia. Parecían aliviados de volver a vernos allí. La mayoría de los migrantes, sin embargo, seguían caminando, con la cabeza gacha para elegir bien sus pasos. Estaban agotados y con una sola cosa en la cabeza: subir al siguiente autobús para continuar su viaje hacia Norteamérica. Lo que acababan de pasar al cruzar el paso del Darién parecía sólo guardado en su memoria como un mal necesario para alcanzar su sueño. Pero las apariencias engañan.
Desde enero, más de 250.000 migrantes de todo el mundo han cruzado el Darién, un promedio de 1.700 personas al día, superando ya la cifra global del año pasado [2] La mayoría son personas venezolanas (55%), seguidos de ecuatorianos (14%) y haitianos (13,5%). Si el aumento de los movimientos continúa, podríamos ver medio millón de migrantes cruzando el Darién a finales de 2023, casi el doble que el año pasado.
El impacto de lo que han sufrido estos inmigrantes es difícil de describir sobre el papel. Pero mirándolos a los ojos, se puede sentir su dolor. Desde el comienzo de la estación lluviosa, los migrantes tienen cada vez más dificultades para cruzar la selva, debido a las inundaciones y deslizamientos de tierra, también corren peligro de ahogarse. Además, 1 de cada 3 migrantes afirma haber sufrido robos, estafas o fraudes durante su viaje por el Darién, mientras que 1 de cada 5 migrantes afirma haber sido víctima de amenazas, intimidaciones y ataques [3]. Y eso no es todo. Ver cadáveres, tener miedo a perderse y cuidar de niños, niñas y adolescentes u otras personas dependientes también figuran entre las cinco situaciones que más afectan a los migrantes durante su travesía por la selva [4]. El impacto físico, pero sobre todo mental, de este viaje los acompañará el resto de sus vidas.
Y no sólo hablamos de migrantes adultos. De esas 250.000 personas que han cruzado el Darién sólo este año, el 21% son niños, niñas y adolescentes menores de 18.[5] Eso significa que, por cada 5 adultos, 1 niño cruza el Darién. Y vimos a estos niños, niñas y adolescentes, de todas las edades, mientras visitábamos las ETRM de Lajas Blancas y San Vicente. Bebés pequeños en brazos de sus madres, una niña de 4 años con cáncer a la espalda de su padre, y muchos, muchos otros caminando (a menudo sin zapatos y sin ropa) junto a sus padres. Como mencionaron varios colegas de ONG, "estos niños, niñas y adolescentes siguen los sueños de sus padres. Lo único que quieren es volver a dormir en su propia cama".
El objetivo de nuestra misión era, entre otros, verificar la dinámica y los procesos de prestación de servicios a los migrantes en las ETRM y comprender mejor la forma en que se transfiere (eficazmente o no) la información a la población migrante. Estos resultados servirán como aportación concreta al proyecto regional recientemente iniciado titulado "Ruta Educativa" [6], financiado por ECHO. Este proyecto se centra en reducir las barreras a la educación de los niños, niñas y adolescentes y familias en tránsito a lo largo de la ruta migratoria centroamericana.
En cuanto a la prestación de servicios, al visitar las ETRM observamos los numerosos retos a los que se enfrentan los actores presentes. No sólo porque el número de migrantes supera con creces la capacidad de los espacios temporales y la de quienes prestan servicios esenciales, sino también por la falta de presencia institucional de las autoridades nacionales. Como mencionó un socio "Lajas Blancas representa la 'supervivencia'".
Para nuestro segundo objetivo, una de las cosas que queríamos comprender a mayor profundidad es cómo podemos informar con éxito a los padres, madres y cuidadores migrantes sobre la importancia y la oferta de servicios educativos en ruta, teniendo en cuenta el contexto particular de Darién -para la mayoría el punto de partida de su viaje a través de Centroamérica- y las circunstancias específicas en las que los migrantes llegan a los espacios temporales.
Como nos demostró claramente el padre de la niña de 4 años enferma de cáncer cuando le dijimos que el puesto del servicio médico estaba justo al lado, pero no podía verlo, aunque un padre o cuidador busque activamente un servicio específico, su agotamiento, estrés y estado mental a menudo no les permiten ver lo que tienen justo delante. Entonces, ¿cómo informamos a los padres, madres y cuidadores migrantes en tránsito de los derechos y servicios a los que pueden acceder, si no los buscan necesariamente? ¿Cómo los sensibilizamos sobre la importancia de la educación para sus hijos e hijas durante el tránsito cuando su única prioridad es continuar el viaje? ¿Y cómo losanimamos a asegurar el derecho de sus hijos e hijas a la educación mientras se desplazan?
No es fácil responder a estas preguntas, y las pruebas y la iteración serán fundamentales para encontrar soluciones que realmente funcionen. Sin embargo, basándonos en las pruebas recopiladas anteriormente y en nuestras conversaciones y observaciones (in)formales durante nuestra visita a Darién, confiamos en que estamos cada vez más cerca de encontrar estas respuestas. Respuestas específicas para el contexto de Darién, para ser precisos. Puesto que una cosa quedó meridianamente clara durante nuestra visita; ya que el objetivo principal de las personas es continuar su viaje lo más rápido posible, por lo tanto, animar con éxito a los padres, madres y cuidadores en tránsito a acceder a los servicios educativos debería estar ligado al cumplimiento de ese objetivo principal. Y puesto que alcanzar este objetivo dependerá de las necesidades y circunstancias cambiantes de los migrantes a medida que continúen su viaje hacia el norte, debemos asegurarnos de que nuestras estrategias cambian con ellos. De ahí que ... Continuará
Metetí, Darién, Agosto de 2023
Paula Smits, Gerente Regional de Evidencia y Aprendizaje, Oficina Regional de ALC
Rocio Dutary, Asesora Regional de Políticas e Incidencia en Migración y Desplazamiento, Oficina Regional ALC
Sussana Urbano, Asesora Regional de Educación en Situaciones de Emergencia, Oficina Regional para América Latina y el Caribe
[1] Este viaje dura entre 2 y 15 días, siendo 5 días el promedio (ACNUR (junio 2023), Datos Oficiales de Movimientos Mixtos, Provincia de Darién, Frontera Panamá-Colombia.
[2] Migración Panamá (julio 2023), Tránsito Irregular por Darién 2023. En 2022, 248.000 migrantes cruzaron la Brecha del Darién (Migración Panamá (Dic 2022), Tránsito Irregular por Darién 2022
[3] ACNUR (junio 2023), Datos Oficiales Movimientos Mixtos, Provincia de Darién, Frontera Panamá-Colombia
[4] Idem.
[5] Migración Panamá (julio 2023), Tránsito Irregular por Darién 2023
[6] "Ruta Educativa", que es un componente de un proyecto más amplio titulado "De las Fronteras de México a las Rutas de Tránsito de Centroamérica: Fortalecimiento de la Protección y Ayuda a Refugiados, Solicitantes de Asilo y Migrantes a través de una Respuesta Integrada, Educación en Emergencias y Coordinación Racionalizada". Este proyecto se ejecuta en México con fondos de ECHO.