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2 Diciembre 2022 - Noticias

Nuevo informe: el número de niños y niñas que viven en las zonas de guerra más mortiferas aumenta en casi 10% en un año

- Una media de 22 niños, niñas y adolescentes al día fueron asesinados y mutilados en el año 2021, a pesar del descenso general de las violaciones graves contra la niñez.
- En países como Colombia, Siria, Nigeria, Líbano y Burkina Faso, el número de casos verificados de niños, niñas y adolescentes reclutados y utilizados por grupos de fuerzas armadas aumentó en el año 2021 con respecto al año anterior.

30 de noviembre de 2022 - Más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes que vivían en zonas de conflicto en el año 2021 -unos 230 millones- vivían en las zonas de guerra más mortíferas, [i] lo que supone un aumento del 9% respecto al año anterior, según revela un nuevo análisis de Save the Children publicado durante la Conferencia Africana sobre Niños y Conflictos Armados.

Aunque el número registrado de incidentes de asesinatos y mutilaciones en los conflictos se ha reducido en aproximadamente un tercio desde el año 2018, más de 8,000 niños y niñas -una media de 22 al día- siguieron muriendo o quedando mutilados en el año 2021. Se estima que estas cifras aumenten trágicamente en 2022 debido a la guerra en Ucrania.

Según el análisis de Save the Children, Yemen encabezó la lista de los 10 peores países afectados por conflictos para ser un niño o niña en el año 2021. Esto se basa en el número de violaciones graves registradas, la intensidad del conflicto y la proporción y el número de niños, niñas y adolescentes que crecen con la violencia relacionada con el conflicto. África tenía el mayor número de niños, niñas y adolescentes afectados por conflictos (180 millones), seguida de Asia (153 millones) y América (64 millones).

A pesar del aumento del número de niños, niñas y adolescentes que viven en las zonas de guerra más letales, en las que se produjeron más de 1,000 muertes relacionadas con la batalla en un año, el número total de violaciones graves contra los niños, niñas y adolescentes ha disminuido desde el año 2020, probablemente debido a la falta de notificación resultante de las restricciones de acceso.

Las violaciones graves contra los niños, niñas y adolescentes -que incluyen el reclutamiento, el secuestro, la violencia sexual, la denegación de acceso a la ayuda humanitaria, los ataques a escuelas y hospitales, y los asesinatos y las mutilaciones- pueden tener un profundo impacto en sus vidas que va desde el trauma físico hasta el psicológico, las lesiones debilitantes o que alteran la vida, y la muerte.

El número de casos verificados de reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes por parte de fuerzas y grupos armados disminuyó del récord de 8.595 en el año 2020, a 6.351 en el año 2021. Este es el número más bajo de casos verificados desde el año 2015. A pesar de este descenso general, en algunos países ocurrió lo contrario; por ejemplo, en Colombia, Siria, Nigeria, Líbano y Burkina Faso, el número de casos verificados de niños, niñas y adolescentes reclutados y utilizados por grupos de fuerzas armadas aumentó en el año 2021 con respecto al año anterior.

Valentina, de 14 años, vive en Arauca, cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela, y pertenece a una comunidad indígena. Valentina tuvo que dejar la escuela para poder ganar dinero para ayudar con los gastos del hogar. Fue abusada sexualmente por un miembro de un grupo armado y quedó embarazada. Después, fue secuestrada por un hombre que la golpeó y abusó de ella durante más de 15 días y amenazó a su familia. Afortunadamente, gracias a la acción colectiva de Save the Children, la encontraron, le dieron apoyo psicosocial y fue reubicada con su familia.

Stop the War on Children: Los olvidados también incluye un análisis de cómo ha ido la cobertura de los medios de comunicación en los 10 países más afectados por el conflicto desde que la guerra en Ucrania se intensificó a principios de este año.

La plataforma de monitoreo de medios de comunicación Meltwater encontró que entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2022, Ucrania recibió cinco veces más cobertura de los medios de comunicación que todos los 10 países peor afectados por el conflicto para ser un niño juntos. Durante ese período, Yemen -el peor país para ser un niño o niña en conflicto- sólo tuvo un 2,3% de cobertura mediática en comparación con Ucrania.

Aunque hay múltiples factores que pueden influir en la forma en que los donantes distribuyen el dinero, la financiación de los Planes de Respuesta Humanitaria (HRP) para los países más afectados por el conflicto de 2021 para ser un niño o niña estaba, de media, sólo financiada en un 43% a fecha de 4 de noviembre de 2022, lo que deja a millones de niños, niñas y adolescentes sin acceso a elementos esenciales que les salven la vida, como la atención sanitaria y los alimentos, así como a servicios de educación y protección.

La CEO de Save the Children International, Inger Ashing, dijo:
"Los niños, niñas y adolescentes no provocan ni inician las guerras, pero es innegable que son las víctimas más grandes y vulnerables de cualquier conflicto. Si bien las violaciones graves denunciadas se redujeron ligeramente el año pasado, una media de 22 niños, niñas y adolescentes al día siguieron siendo mutilados o, lo que es peor, privados de sus vidas. Se estima que esta situación empeore a medida que los conflictos en Ucrania y en otros países, como Yemen y la República Democrática del Congo, se prolonguen.

"La atención prestada a la guerra en Ucrania nos ha recordado a muchos la brutalidad de los conflictos y sus terribles efectos en los niños y niñas, pero también es una lección de lo que es posible cuando hay suficiente voluntad política y financiera colectiva para garantizar que los niños reciben la ayuda que necesitan para salvar sus vidas.

"El mundo debe seguir protegiendo a los niños, niñas y adolescentes de Ucrania, a la vez que debe hacer mucho más para garantizar que los niños, niñas y adolescentes de otros países afectados por conflictos sean atendidos".

Save the Children pide a los líderes mundiales, a los donantes, a los miembros de la ONU y a las ONG que protejan a los niños haciendo que los autores de estas violaciones rindan cuentas, garantizando que se ratifiquen y apliquen todas las políticas y los marcos jurídicos pertinentes, y dando prioridad a la financiación de los servicios necesarios para apoyar a los niños afectados por los conflictos, a fin de garantizar su recuperación y resiliencia.